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miércoles, 29 de diciembre de 2021

Vivir

Vivir y de esta vida pueril,
cual esquife en la tormenta,
ser un pulido mástil y resistir.
Ser de la ola, la coronada espuma
y al final,
entretenido por las hadas, sentir,
como siente esta derrotada alma,
con la que tras muchos años, renací.
Ya se vislumbra la madrugada,
sueño con el que repetir.
Siendo cielo en la mañana
y entre tanto poder pedir,
de sus labios una caricia,
que entregada no me engaña.

Rafa Marín

domingo, 26 de diciembre de 2021

Destino

Me desdigo de este destino,
pedregal que ya no quiero.
Y entre noes y te quieros,
poco a poco me hago chico.
Usurpar reinos no pretendo,
pues ya gobierno lo más ínfimo,
un dolor con el que intimo,
mientras aprendo de unos versos.

Rafa Marín

jueves, 23 de diciembre de 2021

Oda

Asumir ya sin esta conciencia,
que es la vida quien nos cobra.
Que deste mar y sus zozobras,
nunca es más quien más sienta.
Que lejos quedaron los otroras,
esos que ya nadie te comenta,
y que callas de pura vergüenza,
qué nadie sepa de tu alma rota.

Rafa Marín

martes, 21 de diciembre de 2021

Si de su boca

Si de su roja y dulce boca,
cual pétalo de margarita,
un si audaz partiera.
Al cielo que conquistar no pudiera.
Alas como el astracán,
que suave y negro,
libre se alzarse,
para ser en su piel perdición
o quizás un simple tú.
Yo que ahora voy pareiendo,
mientras ella, cual amarilis,
va negando mis verdades,
porque sólo mi boca entrego,
en lugar de esta loca pasión.

Rafa Marín

viernes, 17 de diciembre de 2021

3 haikus

Altas veredas,
cubiertas de armiño,
Al amanecer.

En tinta azul,
escribe el otoño,
poemas para ti.

La amarilis,
con su bello florecer,
trae al invierno.

Rafa Marín

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Extraño

Extraño su abrazo húmedo,
la quietud de su alma resignada,
perderme en esa cálida mirada,
entregada a sus días únicos.
Sus manos de nácar perladas,
sus sueños, si quizás  los tuvo,
porque en esos caminos anduvo,
como una pobre niña descalza.

Rafa Marín 

domingo, 12 de diciembre de 2021

The sacoman (relato corto)

La tarde avanzaba y calle abajo apareció al torcer aquella ventosa primera esquina. La acera siempre en pronunciado ascenso, de poco en poco, aligerada el esfuerzo con una plataforma llana y unos escalones al final de la misma. Era en esos rellanos, donde se reunían cada tarde comadres, niños y niñas al fresco de una tarde que cada día se hacía de rogar.
Las primeras, entre agujas de lana, preparaban prendas para el próximo otoño, mientras las criaturas jugaban al trompo, la cuerda o cualquier infantil ocurrencia.
Pronto, aquel aparecido llamó la atención de todos con su voluminosa y ensangrentada carga.
Los "virgen santisima", presignaciones y alguna mirada torva, tomaron por Diana a aquel flaco personaje que bajo el saco ascendía con temblorosos pasos.
El hedor de la carga era tal que a su paso, se iba vaciando la calle.
Los niños y niñas, asustados corrieron a sus casas gritando.
- El hombre del saco, el hombre del saco.
Tal fue el griterío, que por la última esquina, allá arriba, donde la empinada cuesta, cortaba con una vía principal, de dejaron ver, 3 ó 4 hombres, que entre codazos y sonrisas de apaño, decidieron esperar al pobre que cargaba aquella matanza dentro de un saco de arpillera, tintado de rojo sangre y el zumbido de mil moscas.
Afanado es su ascenso, el costalero, ni atendía a los insultos, ni a las amenazas, él sólo tenía fuerzas para la titánica ascensión y poco más.
Por fin, superado el supremo acto, y ya junto a los hombretones del final de la cuesta, se liberó con un gesto de la carga y los miró.
Era una de esas miradas ausentes de toda emoción, como si uno se asomase a un pozo profundo en una noche sin luna.
Uno de los hombres, mirando al resto, y con ostensible desprecio, le preguntó.
- ¿Qué llevas en el saco, comemierda?
El personaje, sin decir ni una sola palabra, hizo aparecer un machete en su mano derecha y con un gesto relampagueante, destripó al que había hablado y al de su izquierda.
Los otros dos, cayeron al suelo y entre sollozos suplicaron por su vida.
El ser, mirándolos, abrió el saco, para mostrarles su contenido.
En su interio se mezclaban visceras humanas a medio pudrir y cientos o quizás miles de apestoso almas.
Miró entonces a la calle que empezaba a llenarse con una muchedumbre, entre temerosa y exigente de justicia.
Nuestro siniestro personaje, los miró y tras una larga carcajada, dijo voy voz tronante.
- Gentes de Nogales, ¡HUID! Yo soy el sacoman, el que carga con las almas de los malvados.
Estuve preso en los infiernos, pero las Tzitzimime me han liberado porque tienen hambre.

Fin
Rafa Marín 

Palabras

Palabras en la madrugada,
como ladrones de una vida,
que corriendo se te va.
Perverso juego que fatiga,
siempre bañado de ego y que dirán;
guerra que sin ser víctimiza
y te arroja lejos, en un desván.
Donde se olvidan los recuerdos
y nadie quiere volver para buscar.

Rafa Marín

sábado, 11 de diciembre de 2021

Soñar

Soñar que de tus labios,
como un suspiro un beso,
parte para alcanzar,
de ti mi único deseo.
Soñar porque la vida,
como ya dijo el maestro:
es sólo vivir para soñar.
Y así, entre días y noches,
calmo este febril deseo,
de ser en la noche profunda,
en tus manos sólo un sueño.

Rafa Marín

viernes, 10 de diciembre de 2021

Tonto

Entre el fin de la mirada
y el sueño que desperto,
se me murieron las alas,
por un hada que huyó.
No, no fueron mis palabras,
sino las veces que dije no.
Pues mientras ella era Roxane
y un tonto Cyrano fui yo.

Rafa Marín

jueves, 9 de diciembre de 2021

Musa

Hoy la musa fue una mirada,
en la que incipiente,
una lágrima brillaba.
Fue ese te quiero sin trabas,
proferido en silencio.
Hoy la musa bien amada,
tenía tu dulce nombre
y en mis labios cansados,
por ti se hizo verbo.
Tus manos,
que a caminar me ayudaban.
Entre las sombras se hicieron:
primero seda cálida y suave,
y después un asa de hierro.

Rafa Marín

martes, 7 de diciembre de 2021

Soledad y verbo

De las quimeras sin remedio,
azuzadas por las soledades,
que consigo trajo este invierno,
desprendido de las verdades.
De los duros y fríos miedos,
que van llenando vastedades.
De esta paz que inalcanzable,
juega ufana a los te quiero.
Destapando entre remedios,
unas veces vidas reales,
y otras fantasías del verbo.

Rafa Marín

lunes, 6 de diciembre de 2021

Distancia

Mi voz de Simón,
mis manos temblorosas
y esta mirada vacía.
Un sueño al atardecer,
que se disfraza de alegría.
Sentir y por hacerlo ahí morir,
casualidades de esta vida.
Un suspiro que es proclama,
por tener la boca,
de ganas henchida.
Mil palabras nada más,
tras esta distancia maldita.

Rafa Marín

Rimas 2

Mi vida voy acotando,
cuántos viejos sueños rotos.
Esos muros tan añosos,
como versos olvidados.

Rafa Marín

Rimas

Ruedan monte abajo,
estos troncos sin futuro,
para las chimeneas humo
y fuego para el letrado.

Rafa Marín

domingo, 5 de diciembre de 2021

Sueños perdidos

Cuántos sueños deje correr,
para no perder tus suspiros,
en esos mundos perdidos,
que se desvanecieron ayer.
En tu pelo, gitana, un clavel,
en tus labios ese frío olvido,
miles de vidas que no vivimos,
porque nunca te dejaste querer.

Rafa Marín

sábado, 4 de diciembre de 2021

Soneto

Sobre el papel de la casualidad,
un suspiro y miles necedades,
aquí todos tienen sus propios hades,
tan anchos y profundos como el mar.

Cuales presos de estas vastedades,
que ni los puros versos pueden calmar, 
ajenos todos al que pudieran pensar,
atrás vamos dejando las realidades.

Sueños, miedos y los eternos por qué,
siempre atentos en este sin vivir,
en el que todo es un. dejarse ver.

Esperar del cielo un dulce sentir
y que merezca la pena perecer,
salvando vida y secretos aquí.

Rafa Marín

viernes, 3 de diciembre de 2021

Soneto

Sobre la perlada alfombra del ser,
cien besos sobre tu espalda posar,
en este infinito del querer más, 
aunque el alma tenga para perder.
Porque bajo esta gloria del amar,
no usar la voz para entretener,
ser amante sin miedo a perder
y rendido el corazón entregar.
Sin ser adiós mis versos se esconden,
bajo un palio de luz amarilla,
que mis ojos, cruel, descomponen.
Esta verdad que insensata brilla,
roja sangre que mis venas recorre,
para entregar, humillada la hombría.

Rafa Marín