La tarde, entre nubes que amenazan
y esa mirada que huye,
de mí y mi palabra.
Promete volverse un infierno,
que atormentará mi alma.
Yo no estoy gritando un te quiero,
sino un dime.
¿Qué más te hace falta?
Niña, que en los ojos tienes,
una pena pintada y yo,
quisiera poder borrarla.
Cada día al despertar,
sueño que no me abandona,
miro por si aquí estás,
junto al canto de la alondra.
Quién pudiera tus ojos besar,
desde esta perdida sombra.
Labios con sabor a mar,
ojos canela que zozobran,
un suspiro tuyo nada más
y mil noches de sueño me robas.
Rafa Marín
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