Bajo el cielo se levantan,
del mar sus olas sin nombre,
todas coronadas de sal
y espuma siempre blanca,
como corceles cartujanos
que por la vega corren.
Allí, a menos de un paseo,
tan cerca están de mi casa,
rugen en la orilla,
quizás gritando mi nombre.
Hoy no me vieron con Luna.
Hoy fueron las calles,
las que mis pasos recorren.
Rafa Marín
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