Decid al ancho mar,
que se detenga,
que son sus olas mi mal,
porque con ellas no llega.
Gritar al helado céfiro,
que me abrigue con su hielo,
que nada me puedo consolar,
sin su risa de cristal.
A la tierra y al sol,
a las estrellas y planetas,
dejad de brillar,
sin su luz todo es pena,
un helado universo sin paz.
Rafa Marín
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