Me siento y trae la tarde,
entre grises y oscuros,
una triste canción sin lluvia.
Las piedras mecidas
y tu perfume de mar,
me hablan de batallas perdidas.
Sueños sin el que dirán,
cuando con alguna escusa,
tomas mi mano distraida
y me invitas a caminar.
Corre atrás el tiempo,
se viste con la dura prisa,
cuando tu mirada de musa,
se vestía con cara de niña.
Me miro esta vieja alma,
que hace apenas 30 años,
de amor y noes se moría.
Quizás ya no queda en mí,
nada de caballero quijote
y si, un asustadizo Cyrano.
Rafa Marín
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