Te imagino ahora,
sobre la piedra sentada,
con los pies descalzos
y el azul en tu mirada,
bajo el sol y sus abrazos.
Te imagino niña enamorada,
que suspira sin aliento,
mientras mira tan callada,
lo que escribo en mi cuaderno.
Flor que jugó a ser madrugada,
entre las espinas del tiempo.
Rafa Marín
Qué bonita
ResponderEliminarMuchas gracias, Quini.
ResponderEliminar