Perdida en el fondo de mi mirada,
como si fueras la reina del colofón,
a veces sueño y siempre llaga,
en mi escondido corazón.
¿Cuántos, quizás mañana,
escaparon sin compasión?
Ya sé, porque no somos nada,
viento entre unas ramas,
que arderán en el fogón,
de las vidas truncadas.
Rafa Marín
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