El azul del cielo al anochecer,
ese es el color que quiero,
cada día en tu mirada.
Quizás también, como no,
ese color café, que se derrama,
bajo mil estrellas en la madrugada.
O simplemente:
unos ojos color miel,
cuando miras extasiada.
Y por querer, como no querré,
unos verde esmeralda.
Rafa Marín
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