Tan gris como vino,
el día así se marcha.
Con ese aire cansino,
de quien cansado de esperar,
sin mirar atrás, suelta la flor
y cabizbajo se deja llevar.
Quedan en el suelo olvidados,
los charcos sin brillo,
farolas apagadas y,
esta eterna soledad.
Calles sin viejos ni niños,
Calles sin viejos ni niños,
sólo un gris que solitario,
poco a poco se hace noche y se va.
Rafa Marín
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