Fuiste una mañana de primavera,
un susurro de brisa entre las cañas.
Fuiste el candor de la azucena,
con los ojos llenos de niebla.
Fuiste mi pequeña alma gemela,
unos labios que ni boca no besan.
Fui, perro fiel que nunca ladra,
un mendrugo de pan a tu mesa.
Fui, caballero sin su dura espada,
un fortín vencido que nada espera.
Fui un amigo sin esperanza,
una vida que vio como te alejas.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario