muchas madrugadas,
las chicas de sonrisa fácil
y una promesa sin cumplir
en sus vacías miradas.
Recuerdo las terrazas,
verano en la Castellana.
de lluvia y charcos grises,
de calzadas empedradas.
El olor de pan recién hecho
y panaderas de mirada feliz
y siempre de manos cansadas.
Recuerdo mis diarias carreras,
las paradas llenas de "patos"
y las putas junto a Montera.
recuerdo de Madrid sus discotecas.