Hoy recibí carta de la suerte,
poco más o menos decía así:
Hola, campeón, de mí nada esperes,
pues el día que naciste, te maldecí.
No es nada personal, tú, entiendes,
solo eres uno más en este malvivir.
Sé que no te vas a preocupar valiente,
pues tú, tampoco esperas nada de mí.
Rafa Marín
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