Por esos duros caminos,
que nos tendió la vida,
polvorientos y amarillos,
como los de Alicia.
Por esas quebradas malditas,
llenas de ríos escondidos,
donde no hay canto del agua,
porque todo se hizo ruido.
Quiero de tu boca su malicia,
en tu espalda posar mis besos.
Aquí entre el tocado y el hundido,
nos vamos dejando la piel,
que ya dejamos de ser niños.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario