Hay un luz que se está poniendo;
entre el cielo y las montañas.
Hay un ruego en mis labios
y quizás en tus ojos una plegaria.
Hay un deseo pintado de rojo
y un adiós que lo empaña.
Hay en mi pecho un corazón roto
y en tus manos una caricia,
que no conoce las tachas.
Rafa Marín
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