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lunes, 31 de enero de 2022

De ti

Yo de ti quisiera saber,
que pena te llena el alma,
que sueños tus ojos no alcanzan,
en este lunes sin interés.
Hoy el cielo es azul y abraza,
con ese tibio sol que ves,
enredado entre el querer,
de las solitarias terrazas.

Rafa Marín

domingo, 30 de enero de 2022

Tengo

Tengo un mundo imaginario,
de esos que saben esperar,
de esos que nunca llegarán,
en nuestra vida de diario.
Tengo, si te digo la verdad,
el alma de un temerario,
en este perdido abecedario,
del que ni la muerte nos sacará.

Rafa Marín

sábado, 29 de enero de 2022

La felicidad

Se nos olvidó que ser felices,
no era otra cosa que sentir,
el tibio sol de una mañana.
Levantar al cielo la mirada
y a los nuestros recordar.
Ahora, que todo son normas,
que casi no tenemos nada,
buscamos sin saber, empeñados en olvidar.
¿De esta vida que es sólo pasar,
que en correr se empeña,
al final, con que te quedas?

Rafa Marín

viernes, 28 de enero de 2022

Asomado a ti

Asomado al cristal de tus recuerdos,

esperando en este triste carnaval,

del que se llenaron mis perdidos versos.

Que lejos quedaron aquellos ojalás,

que tantas hojas rayadas pervirtieron.

Sonetos, odas, madrigales, soleá.

Por verte reír al infierno me trajeron.

Rafa Marín

miércoles, 26 de enero de 2022

Sin fe

La fe que ya no mueve montañas
y esa esperanza que se volvió ayer.
Siempre preguntamos el por qué,
y entre la carencia y bonanza,
fuimos dejándonos de querer.
Nada acaba, porque todo es:
unas veces el jardín del mal
y porque no, un bendito Edén.
La noche, siempre arma cargada,
madrugadas que no tendré,
vive como grillo en su jaula,
esperando una ocasión tal vez.
Una apuesta a doble o nada,
en esta ruleta del revolver.
Temiendo acabar con nada
y soñando poder jugar otra vez.

Rafa Marín

Hay

Hay un luz que se está poniendo;
entre el cielo y las montañas.
Hay un ruego en mis labios
y quizás en tus ojos una plegaria.
Hay un deseo pintado de rojo
y un adiós que lo empaña.
Hay en mi pecho un corazón roto
y en tus manos una caricia,
que no conoce las tachas.

Rafa Marín

martes, 25 de enero de 2022

El regreso

De la noche que sin ser,
dame tus sueños oscuros,
los que no temí perder,
como los cielos puros.
Esta paz que no tiene ninguno,
porque tanto querer,
el amor fue lo último.
Así que quiero un ven,
entre nieblas y humos,
dolores que sólo asumo,
por no volver a perder.

Rafa Marín

sábado, 22 de enero de 2022

El Popo bawa (relato corto)

El niño, como todos los niños de la aldea, oía las historias que allí se contaban.
Era una noche de verano, con luna llena y gracias a la gran fogata, los leones permanecían alejados.
El brujo hablaba sobre una gran sombra alada que se acercaba, y que sin remedio, algún día les alcanzaría para atacarles.
Los hombres y mujeres, entre incrédulos y sonrientes, miraban a los pequeños que buscaban refugio en los regazos de sus madres. Pero algo les inquietaba también.
Desde hacía ya algunos meses, un rumor se extendía por aquellos parajes.
Al parecer, el pueblo vecino, había sido atacado una noche, y aunque se pudo repeler el ataque, desde ese día, varios guerreros montaban guardia durante la noche.
Todos hablaban del "Popo bawa".
Los días y sus noches iban pasando, y aunque el demonio nunca hacía acto de presencia, en el poblado la intranquilidad aumentaba, ya saben, se percibía la falta de naturalidad de tiempo atrás. 
Por aquellos días, se comenzó a rumorea sobre la llegada de un hombre blanco, todos decían que era un hombre medicina, capaz de exorcizar demonios.
El jefe, creyó, que tal vez eran lo que necesitaban. Así que mandó a sus mejores guerreros a buscarle y así poder pedirle consejo.
Los guerreros partieron en las cuatro direcciones, con la misión de traerle al poblado. 
A los pocos días, un gran alboroto se hizo sentir en el poblado, por fin, el hombre santo había llegado.
Entre cantos y risas, le acompañaron a la choza del jefe y desde allí, todos se dirigieron a la del brujo. Este, permanecía sentado a la entrada. 
Cuando el misionero se detuvo a unos metros ante él, su figura proyectaba en el suelo una sombra oscura que parecía tener alas; como si fuera un "popo bawa" (1).

(1) del suajili: murciélago murciélago 

Fin
Rafa Marín

jueves, 20 de enero de 2022

por esos caminos

Por esos duros caminos,
que nos tendió la vida,
polvorientos y amarillos,
como los de Alicia.
Por esas quebradas malditas,
llenas de ríos escondidos,
donde no hay canto del agua,
porque todo se hizo ruido.
Quiero de tu boca su malicia,
en tu espalda posar mis besos.
Aquí entre el tocado y el hundido,
nos vamos dejando la piel,
que ya dejamos de ser niños.

Rafa Marín

lunes, 17 de enero de 2022

Luz sombría

Me pierdo en la densidad de una tarde fría,
como se pierde el hielo entre ron y labios.
Todos queremos de la vida mil cambios
y el atardecer viene con su luz sombría.
Sueños de un haragán jugando a sabio,
mentiras recorriendo sin paz las esquinas,
Conciencias que son almas mezquinas,
disimulando que viven entre apaños.

Rafa Marín

El trabajo (relato corto)

Descolgó el teléfono, que estridente, sonaba sobre mesilla de noche.
- ¿Si?
- ¿Sabes que hora es? Le apremió una voz femenina desde el otro lado de la línea. 
- ¿Tarde? Contestó socarronamente.
- No vayas de listo conmigo, tengo algo para ti. Tendría más si te dignases a usar móvil.
- Susan, ya sabes que opino de estar localizable. ¿Qué hora es? Respondió mientras encendía un cigarrillo.
- Son las 17:05.
- Vale, dame una hora y no vemos donde siempre.
Jerry, como siempre, desconfiado y precavido, nunca daba un dato utilizable. La mujer no se llamaba Susan.
Donde siempre, era un pequeño café, en una callejuela lejos del centro.
La mujer esperaba impaciente, Jerry la observó un instante y luego entró.
Pidió un café en la barra y se acercó con él hasta la mesa.
- Estás tan guapa como siempre.
La mujer sonrió y soltó un susurro que pretendía decir -zalamero-.
Él, se tomó el café y juntos salieron del bar, para envidia del chico que atendía la barra.
Ella, una mujer joven, atractiva y de movimientos felinos. Él, de aspecto engañoso, movimientos perezosos, calvo y malcarado, anodino. Alguien a quien nadie recuerda.
Subieron al automóvil y mientras ella conduce, el lee un informe.
- Nada de accidentes, dice la mujer, este tiene que ser un escarmiento. Tú ya sabes de que hablo.
- Claro. ¿Qué hizo el pobre desgraciado?
- Tú a lo tuyo.
- ¿Y esto, cuanto vale? 
- Lo de siempre. Contestó la mujer.
- Bueno, si lleva mi firma vale 20 mil más.
- Mira, cabrón, (la mujer respiraba agitada), la tarifa no es negociable. O lo haces o te entierran con él.
Jerry, la miró. La mujer no reprimió el temblor de su boca, sintió miedo y deseo.
Pero no fue capaz de nada más.
- ¿Ya sabes que algún día, nos tocará matarnos, verdad?
La mujer lo miró y sonriendo, paro junto a la acera.
- Tienes una semana, Jerry. Por cierto, el día que me encarguen matarte, te haré un hombre.
- Si, claro. Como todas. Y dicho esto se apeó, alejándose calle abajo.
Unos días más tarde, toda la prensa anunciaba en primera plana el asesinato del presidente de un banco central. Algo relacionado con la mafia y un triángulo amoroso, decían.
Lo cierto es que había sido abatido por "La Organización".
El nuevo orden mundial no permitía disidentes entre sus filas.
Mes a mes, fueron asesinados gobernantes y jefes de estado, hasta que de repente todo cesó.
Las aguas volvieron a su cauce, y aunque nunca llegó a ser un diluvio, unos 30 personajes de la política y la economía mundiales, dejaron de existir.
Jerry, era muy consciente de que su final estaba cerca, así que decidió desaparecer y no ser hecho un hombre, como le habían prometido.
La isla, aunque habitada, era un trozo de tierra remoto, un punto en los atlas del Pacífico sur. Allí, entre pescadores nativos y algún que otro misterio, 
 cambió su nombre y se hizo olvidar.
Paseaba cada atardecer, siempre con un voluminoso libro bajo el brazo, apoyando su andar en un bastón y poco más.
Pero aquella tarde fue distinta. Caminaba sobre el entarimado al que permanecían amarrados algunos barcos de mástiles despoblados, cuando "Susan" se plantó delante de él con una pistola en la mano.
- Hola, Jerry. Le dijo sonriendo. ¿Ahora eres bibliotecario?
- Vaya, que sorpresa. Contestó. ¿Has venido a hacerme un hombre?
- ¿Qué lees?
- La Biblia, que sino.
- Pues te viene al pelo, reza lo que sepas. Le espetó la mujer torciendo el gesto.
- ¿Puedo? Preguntó Jerry alzando el libro.
- Si, como no.
Jerry agarró el libro con una mano y lo abrió al azar. De repente, un fogonazo salió de entre las páginas. 
La bala de calibre 45 y punta hueca, le arrancó a la mujer la sonrisa junto con media cara.
Mientras la mujer caía al agua, Jerry subió a uno de los barcos, arrancó el motor y maniobra hacia la bocana.
Miró a la costa y sacando un teléfono móvil, contestó con un escueto "gracias" al mensaje que le advertía de la llegada de "Susan" y la intención de esta de acabar con él. 
Desplegó las velas, encendió un cigarrillo y puso rumbo al horizonte y así volver a desaparecer.

Fin
Rafa Marín

domingo, 9 de enero de 2022

Imaginarte

De imaginar y sentir,
se llena mi boca,
ese dulce elixir,
que cual manantial brota.
Un gemido en cada sí
y en cada roce la nota.
Creciendo va sin fin,
mil placeres que me ahogan,
que dulce es este morir,
enredado en tus demoras.
Verte llegar y ahí vivir,
vaciandome gota a gota.

Rafa Marín

Hay...

Hay un eterno buscar,
en este juego de la palabra.
A veces como olas del mar,
y otras, ese hola,
que siempre está por llegar.
Ya no busco perdidas miradas,
ni las risas en noches oscuras,
me quedo con el viento,
cuando escondido susurra,
como un lamento en el pinar,
bajo la luz de mil lunas.

Rafa Marín

miércoles, 5 de enero de 2022

Pesadillas

Hay una carencia en mis sueños,
cuando es globo que revienta,
historias de mente hambrienta,
tornadas pesadillas y monstruos.
Un ir y venir entre violencias,
lobos de hambre tan eternos,
siempre amenazando vernos,
mientras agotan mi paciencia.

Rafa Marín

domingo, 2 de enero de 2022

Noche de enero

La noche que me acecha,
la oscuridad sin luna,
donde los gatos maullan
y mis ojos no esperan.
Un enero que anula,
luna, cometas, estrellas,
besos quiero de mi bella,
mientras mis labios susurran.

Rafa Marín

sábado, 1 de enero de 2022

Recojo

Recojo de esta siembra,
una pérdida de tiempo,
consumido ya el verbo,
que cual cristal se quiebra.
¿Para qué sirven los versos?
Paz mi alma no encuertra,
que siendo verdad se muestra,
bajo los pulidos cielos.

Rafa Marín