Quise que entre mis manos,
fueras el más dulce verso.
Una canción de cuna,
tan callada como un beso.
Quise que cada día me arroparas,
con tu piel de tibio lienzo,
con esa suplicante mirada,
que era como tocar el cielo.
Quise, y aquí ahora lo dejo,
mi chiquilla enamorada,
que fueras en mi oído aliento.
Rafa Marín
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