Tú, que nunca has sido paz,
doblegando a tu discreción
mi canto sincero, mi verdad.
Llegas en estos momentos
en los que grita la necesidad
de tener al menos un sueño.
Me distraes esa capacidad,
poeta que no soy pero siento,
verso que todo lo quiere dar
entre mil palabras sin tiento.
Hoy, cansado de tanto luchar,
busco su mirada un momento,
y no consigo sus ojos dibujar.
Rafa Marín
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