Con el sabor aún cálido
en su boca de tus labios,
cierras los ojos y recuerdas.
Que voló la madrugada
y de su cuerpo
no aferran nada tus manos.
Ya no sientes el contacto
de su piel tersa y desnuda.
La noche húmeda de anhelos
la pinta a tu lado con
su imborrable recuerdo.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario