Caminas bajo la lluvia,
sola y sin mas compañía
que el frío atardecer
de otoño,
de otoño,
que se llevó tu calma,
brisa de hojas caídas.
Él se fue y se llevó
abrigo y paraguas.
La bruma del mar
arropa las luces del puerto,
y sobre los adoquines
resuena tu taconeo.
De la cantina,
salen olor a ron y tabaco
y suspiros de marineros.
Nadie acude,
desgarrador grito del alma.
Sola aferrada al silencio
vas recorriendo a ciegas
calles y plazas,
buscando un alma
que abrazarte quiera.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario