Y
claro,
correr
por playa,
seguirte
hasta aquí,
cuanto
tiempo soñando,
para poder vivir.
Y claro,
nunca
dices que si,
ni
siendo tú sombra,
ni
un loco arlequín.
Y
claro,
Tú,
ya no me nombras
y
me siento morir.
Y
claro,
lo
que siempre fue fácil,
no
es para mí.
Y
claro,
quién
lo iba a decir,
mil
madrugadas de lluvia,
mil
lunas de abril.
Rafa
Marín
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