Sobre la espuma que blanquea,
el azul de tus aguas profundas,
imagino a la dulce musa,
que mis versos deletrea.
Quizás con un pasen y vean,
que al gentío a mirar empuja,
viene esta sagaz hambruna,
de sus labios que no besan.
Barquero que sin querer rema,
entre las dos verdes orillas,
como un caronte y sus penas.
Una condena que me obliga,
mientras aquí y allá entregan,
su honra las dulces chiquillas.
Rafa Marín
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