Arriesgo esta soledad,
entre las calles ventosas,
quién lo iba a pensar,
el vuelo de mil mariposas.
Noches sin poder soñar,
donde las estrellas acuosas,
me piden más y más,
en esta cama tenebrosa.
Ojos que invitan a jugar,
con sus miradas ansiosas,
como si todo fuera saltar,
para besar las frías losas.
Rafa Marín
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