Ojos que
quisiera hoy míos;
tan profundos
los siento,
como asomarme al
abismo,
siempre de
silencios eternos.
Ojos que sin ver
miro
en mis perdidos
recuerdos.
Ojos inocentes;
tan bellos,
de pasión viva y
deseo.
Ojos de
incesante grito
en los callados
encuentros;
un mar de ron
tranquilo
que con ansias
me bebo.
Rafa Marín
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