A tu voz que hoy no busca,
no la quiero entre perdones,
si no abierta como la risa
que escapa de tus pulmones.
Libre como estrella que brilla
como un hada y sus temores.
A tu voz que hoy se calla
y a la mía que vuela a tropezones,
al frío aire que me aviva
y me mata entre convulsivas toses.
a todo eso le escribía
aún sin tener las lógicas razones,
que del amor que ayer sentías
hoy estás haciendo nubarrones.
Rafa Marín
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