Al mejor postor puse en venta,
mil versos mil sueños una vida.
Palabras en mi cabeza suenan
por toda la miseria ayer sentida.
Amaneceres grises bajo la llovizna
tardes rojas sin flores el cielo llena
en esta despejada, solitaria esquina
en la que el amante su amada espera.
Miradas vacías, horas que contemplan
como rolan las hojas por las calles frías,
reflejos de luz de luna corren las aceras.
Se acallan las voces suena una risa,
en la ventana oscura está su silueta.
Dulce mujer que a soñarla te invita.
Rafa Marín
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