Pides a mí alrededor altos muros,
paredes inertes, del aire parapetos.
Pides que mi voz no cante puros
estos versos que quieren ser soneto.
¿Acaso son del poeta
sus dedos quietos?
¿no es verdad que
nada es seguro?
¡Ay! Que por penar
mis versos quedos
en las tinieblas del
silencio me hundo.
Me tomo esto de
escribir, ¡OH! Divino juego,
palabras y
sentimientos que con alegría urdo,
sólo tiempo es la
vida de años viajeros.
Pido, ya lo sé,
escribir a todos en conjunto,
aunque sea para ti mi
dulce verbo.
Dame esa licencia y
toma tu premio seguro.
Rafa Marín
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