Los muros desconchados
de esta prisión que nos atrapa,
rezuman la humedad
que alimenta a la hiedra.
Sueños de libertad
que tanto y tanto reclamamos.
Las calles
llenas a rebosar
de sinsabores, dolores del alma
y otros egos inflados.
Manos unidas y miradas
que ayer nos inflamaron
no son más que ilusiones atrapadas en el tiempo,
como las brumas se quedaron.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario