Hoy,
por fin murió el guerrero.
Entregó sus armas,
ni por héroes ni ejércitos
ni por héroes ni ejércitos
fue nunca ser derrotado.
Herido por la espalda
mil veces fue,
por está puta vida traicionado.
Y al fin hoy,
se humilla y de rodillas cae,
vencido por un par de ojos,
enamorado.
Rafa Marín
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