Cada noche me duermo sin nombrarte,
almohada fría a la que abrazo.
Contra tu piel mis manos perderse,
pesadilla fue al no encontrarte.
Recuerdo los besos insustanciales,
Sexo, noches de pasión y flores .
Cruel es la distancia insalvable,
destino de calamidad preñado.
Cómo vulnerarte fatal destino,
ya conocía este desatino.
Pero Afrodita fue a retarme
y cupido puso la otra parte.
¡AY! que de esta vida de azares,
soy preso de un corazón afable.
Rafa Marín
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