Mi inocente fantasía.
Imagino, solo por imaginar,
que despierto y abrazada a mi estás.
Imagino,
el tierno y cálido roce de tus labios en mi nuca.
Imagino que con tus dedos, coqueta,
dibujas en mi espalda un corazón.
Imagino tu susurro.
Imagino,
que golosa tu boca
no se sacia de mi cuerpo.
Imagino,
que con fingido mohín,
la ignota sonrisa de tu boca
explota e ilumina el día.
Imagino,
el olor de tu cuerpo que me inflama
y tus uñas en mi piel clavadas.
Imagino, que despierto,
y a mi lado callada y dormida estás,
tranquila y satisfecha.
Rafa Marín