Que incomoda mi cama vacía,
que fría solitaria almohada.
Mensajes que el teléfono envía
para revivir la ilusión olvidada.
dulce sabor de la ambrosía,
que imagino en tus labios untada.
Y ese néctar no corre; ¡que putada!
Huérfano quedó el final del día.
Un beso y mi vida iluminada,
un faro en la noche umbría,
que guiara mi alma desolada.
Descúbreme sirena la bahía,
esas esmeraldas de tu mirada,
da color a mi vida enlutada.
Rafa Marín
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