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martes, 21 de octubre de 2014

Siempre tú

Con una triste sonrisa sucumbo a tu recuerdo.
Añoro, ya sin dolor la luz de tus bellos ojos,
la flor dulce de tu sexo y tu olor fresco.
Me resigno, que remedio, a no verte.
A no poder tan siquiera saludarte.
Con la pena que ahora me consume,
te escribo, que ironía, estos versos.
Que son, tonto de mí, el legado de tu recuerdo.
Sufro la apática sensación del vacío
que afila sin razón mis remordimientos.
De mis aptitudes soy preso, no reniego.
Que ya dice el refrán:
“no le van los trucos al perro viejo”
La escalada a mi hogar rompe en mí
lo poco que queda de mi resuello.
Ya no afloran las lágrimas a regar
mis gastadas y duras mejillas.
La pena cubre mi casa como polvo viejo,
esa mustia sensación de soledad
que deslumbra en cada rincón.
Porque aunque ante todos reniego,
no dejo de sentir que te echo de menos.

Rafa Marín

1 comentario:

  1. ESTO ES HERMOSISIMO, LO TIENE QUE LEER, que bello te escriban asi Rafa.

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