La miradas se entrecruzan,
nerviosas y torpes las manos,
nos sentimos más que adultos,
unos niños que se han enamorado.
Sin saber por qué un te quiero
con el y yo mas se han cruzado.
Y antes del primer plato,
¡OH placer!
el primer beso ha estallado.
Entre suaves, de manos caricias,
ya no soportamos al tiempo.
El postre sobre el mantel abandonado.
Urgentes, como amantes desesperados,
y entre murmullos y risas
camino de la salida nos devoramos.
Mis manos temblorosas mariposas,
van tu cuerpo entre quejidos explorando.
Me acusas de a Shakespeare recitar,
para con sus versos deshacer el entuerto.
Y a fe mía, que sinceras mis palabras,
no son las de ningún inglés muerto.
Nos arrancamos la ropa posesos,
y sin llegar a la cama, en el suelo,
abrazados, ¡OH dicha! nos asalta,
el primer orgasmo.
Tranquilos ya, entre susurros y risas,
una tras otra las horas van pasando.
Dioses del cielo, demonios del averno,
No vengáis a la venturosa noche,
que hoy no os queremos.
Sudorosos, agotados, con labios llenos
del placer ahora conquistado,
nos sorprende el alba, arrullados.
Rafa Marín