A Sitges en verano

Ya suenan las dulces voces
entre las paradas del mercado.
El bullicio apagado, caras conocidas;
un ansiado sueño de verano,
que se viste de flor de la rutina.
El balcón al cielo de una playa,
tan certera e intrínseca ...
tan amable, amistosa y bella.
Días de añorada paz infinita,
sueños de un viejo poeta.

Rafa Marín

Gallardetes

Gallardetes bien altos,
livianas gotas de sangre
y en los pies mil ramilletes
de flores blancas y púrpuras.
Veloces como alas del viento;
¡DUROS! ... como la historia,
cabalgantes sueños muertos,
embutidos en deslumbrante plata.
La obediencia hasta el desatino,
venganzas de sangre con riendas.

Rafa Marín

De una escena de la pelicula:
EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, EL RETORNO DEL REY

Padre de su patria

Cuando llegue esa hora del dolor,
entre barricadas que arden,
si le toca esa suerte cual colofón,
de en las calles tener que perecer
por enfrentarse al opresor,
qué harás entonces, esconderte?
Pues, quien aspira a ser loado pater,
a de saber que es de gente de honor,
al paredón con orgullo enfrentarse,
sin vendas en los ojos que este apaguen.
Exigir en las sombras amagado,
sacrificios al pueblo que muere,
insatisfecha de libertad su hambre,
es más de mezquino y cobarde,
que de quien se proclama libertador.

Rafa Marín

Mares tormentosos

Mares tormentosos, de vida plena,

mañanas que son un sol encendido;

un pañuelo verde sobre la arena.

Mares, de oleaje siempre continuo,

caminos angostos llenos de piedras.

Mares de sombra y afilados espinos;

aguas tan claras como profundos

son los siempre negros abismos.

Mares, como sorbos de vida,

suspiros eternos de almas que esperan.

Mares, velas al viento en las escolleras,

sonrisas de ojos sombreros de paja

y entre los labios una sonrisa llena.

Mares...horizontes turbios y lejanos,

como un grito lanzado bajo la niebla.

Rafa Marín

Malas calles

Malas calles sin conciencia, 

fueron esas que le tocó morar;
todo fueron duras experiencias,
hasta el pan duro hubo de pelear.
Ellas fueron inicio del camino,
entre tropiezos, esquinas vacías,
soledades que ahora nos rodean;
que cruel el tiempo y su pasar.

Rafa Marín

Niños de la guerra

Nunca fue un ángel del cielo, 

aunque siempre moró allí. 

Atrapado en mil infiernos,
cosas de la vida y su vivir. 

Destronado a los dos años,
de sus hermanos fue paladín;
un castillo y su feroz ogro,
al que debió su frugal existir. 

Nació pequeño, duro y enjuto,
insaciables ganas de estar aquí, 

mas por tanta rabia contenida, 

se olvidó siendo joven de sonreir.
Se hizo a base de fronteras,
caminos solitarios y el devenir,
si su vida se midió en esperas, 

simpre supo a quien acudir.
Respondió a la cruel guerra,
único significado del existir,
con esa mirada tan inquieta,
manos torpes sin un fusil.

Rafa Marín

Diluirme...

Diluirme...
Como niebla que surge de estos 

mares profundos que ya no asustan.
Como el gris de la nube que descarga 

en la tarde toda su furia.
Diluirme...
Despertar en la madrugada 

estas inciertas ecuaciones y sus preguntas.
Despertar entre sudores y voces lejanas,

sueños febriles que aún tienen dudas.
Diluirme...
En los recovecos del tiempo, en la fronda,

en veredas y campo, noche absurda.
En las cimas heladas, en los parterres sembrados, 

en la mente tuya.
Diluirme...

Rafa Marín