a mar profundo y a sal.
La luna no riela sobre el mar
y las nubes juegan a ocultarla,
diría que siente verguenza
de mostrar su pálida cara.
Voy jugando con la libreta,
los teléfonos no paran de sonar.
Son casi las once y la nochese lleva como siempre un poco de mi.
Rafa Marin
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