Porque han de brotar pétalos de sal,
de unos ojos que son un misterio.
Dos mundos que nunca se quieren cruzar,
en estos océanos que son tiempo.
Quizás de noche podrán cielos soñar,
cuando lean los dulces y tristes versos.
Poeta sin sirena a la que cantar,
Odiseo que está, amor. Muriendo.
Rafa Marín
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