No hay calles en el viejo París
que reflejen en mi mirada
todo lo que de ti ayer descubrí.
No hay ríos turbios ni playas
que explique en su murmullo
la verdad de tus palabras y sentir.
No hay cielos ni almohadas
que entre sueños me lleven a ti.
Precipicios sin barreras pintadas,
caminos laberínticos y oscuros
subrayados por el miedo con lápiz.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario