Tu nombre que quizás todos pretenden,
pero que solo tú logras, Victoria,
pues ya no eres un clamor en sombras
sino mil luces que a la vez prenden.
Hay un ojalá, que ahora te nombra,
este fuego que dentro se enciende.
La pura verdad que nadie comprende,
pero que quisiera tener a solas.
Rafa Marín