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sábado, 14 de julio de 2018

Oda

Sobre el sol de mediodía,
esperanza que cabalga;
una voz que me decía:
el amor puro no se acaba.
OH! Tú, excelsa maravilla,
diosa de amor encumbrada;
será tu voz para mí delicia?
O...cual Odiseo que regresa,
recibiré sólo tu lejana letanía?
Dulces las horas muertas,
que adelantan la luz de mil estrellas,
agostado estío que en su pasar,
va acallando con su calor mis letras.
Tú, que nunca serás mi tierno amor,
de mi silencio por ti, de mi te quejas.
¿no querrás hoy leer esta oda?
Pues sin tu oído, mi voz sólo es;
el triste granizo de una corneja.
Rafa Marín

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