corriendo hacia la madrugada,
quizás mil esquivos sueños,
bajo el batir de sus alas.
La noche es un quiero y no puedo,
escondido entre las cañas,
un deseo roto, un empeño,
que entre mis manos escapa.
La noche, como los regueros,
finas líneas de pulida plata.
Rafa Marín
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