Bajo el húmedo
arco estás,
cara sucia
doliente cuerpo,
una mirada y
poco más
entre los transeúntes
ciegos.
Suspiros...tu
pecho un mar,
entre las rocas
puro lamento.
Sólo espuma,
eterno salpicar
de las monedas
en el cuenco.
El ruido del
tren en su pasar
ahoga tus gritos
ya lastimeros.
Perro que no
tiene pan ni hogar
ni donde caerse
muerto.
Rafa Marín
Que triste, pero muy bonita
ResponderEliminarBuenas noches, Quini.
EliminarMuchas gracias.